ALIMENTACIÓN
Los
gatos son absolutamente carnívoros. En su estado salvaje se alimentan de
pequeñas presas que cazan a lo largo del día o la noche (desde saltamontes y
mariposas, a roedores y pajaritos). Por lo tanto, realizan muchas pequeñas
comidas con relativa frecuencia. Que nuestro gato se ponga como loco a correr y
saltar detrás de una polilla, para luego disfrutar de ese gustoso apetitivo, no
debería asombrarnos, ya que forma parte de su dieta natural. Seguro que
agradecemos la existencia de buenas dietas comerciales, tanto de pienso seco
como alimento enlatado, para darles de comer. Los alimentos de calidad se
comercializan solamente en clínicas veterinarias o tiendas especializadas. Son
ligeramente más caros que los que se encuentran habitualmente en los supermercados,
pero existe también una gran diferencia en cuanto a la calidad de producto. Además,
un gato no ingiere grandes cantidades de alimento y no supone ningún gasto económico excesivo.
Todos
estos alimentos se encuentran tanto enlatados como en pienso seco. Suelen aceptarse
más los alimentos enlatados, pero son más económicos los envases de pienso seco.
¿Por qué no combinar ambos? Podemos dejarle a nuestro gato siempre acceso a
pienso seco, que coma cuando le apetezca y de vez en cuando, regalarle una lata
para variar. También podemos acostumbrarles a comer dos o tres veces al día.
Esto puede ser interesante cuando tenemos más de un gato y a alguno en concreto
hay que darle una dieta especial. A los gatos les cuesta mucho esfuerzo
conseguir alimentarse diariamente cuando viven en libertad. Deben de realizar
muchos intentos, no siempre con éxito, para obtener su comida. Al tener el
comedero todo el día a su disposición les privamos de esta diversión.
Os
podéis dejar sorprender de las habilidades olfativas de vuestro gato
escondiendo parte de su ración diaria por los sitios más recónditos de vuestra
casa. ¡Ya veréis que las bolitas de pienso que habéis escondido, han
desaparecido cuando volváis a casa de trabajar.
HIGIENE
Al gato, por instinto, le
gusta enterrar sus excrementos. Por ello resulta sencillo acostumbrarlo a hacer
sus necesidades siempre en el mismo sitio. Sólo es necesario que le proporcionemos
una bandeja llena de arena absorbente, y le enseñemos el lugar donde la hemos
colocado. La bandeja no debe estar al lado de su comedero, sino preferiblemente
en otra habitación a la que siempre tenga acceso y sea relativamente tranquila.
El baño es una buena opción. Creemos oportuno recordaros que los gatos en el exterior
no depositan sus heces en el mismo lugar que la orina. La mayoría de los gatos de
interior no muestran ningún problema al tener sólo una bandeja para las dos
cosas, pero si tenéis espacio en casa, podrías pensar en tener dos bandejas de
arena. Este punto es muy importante en casas donde conviven varios gatos. Aquí
es realmente indispensable que dispongan de varias bandejas para la arena, lo
ideal es una bandeja por cada gato. Existen bandejas abiertas, con tapa, con
trampilla para entrar, y modelos realmente sofisticados. La bandeja ideal es
una amplia bandeja abierta y sencilla. Suele ser la que más les gusta a todos
los gatos, pero muchos se acostumbran también a las cerradas. Debemos limpiar
la bandeja con regularidad, mínimo una vez al día, ya que a los gatos no les
gusta pisar sus excrementos cuando vuelven a utilizarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario