LOS GATOS PUEDEN SER ALÉRGICOS A NOSOTROS
La alergia a los gatos es algo relativamente frecuente y de lo que
todos hemos escuchado alguna vez, sin embargo, debes saber que estos animalitos
también pueden ser alérgicos a nosotros. El humo del cigarro, la caspa, el
polvo, entre otros elementos del medio casero, pueden provocar inflamaciones en
sus vías respiratorias que pueden llevar al gato a padecer “asma felina”, algo
que según los estudios va en aumento hoy en día.
Su cerebro
es más complejo que el de los perros
El cerebro de los gatos, a
pesar de ser pequeño, posee unas 300 millones de neuronas, a diferencia de las
160 millones que posee el cerebro del perro. Además, posee un gran plegamiento
superficial, asemejándose en un 90% al cerebro humano, lo cual dice mucho de su
capacidad cognitiva, teniendo en cuenta que esta es la parte del cerebro que se
relaciona con el procesamiento de información compleja.
Tienen
enfermedades muy parecidas a las nuestras
Los gatos son susceptibles a
más de 250 trastornos hereditarios, muchos de ellos muy similares a los que
padecemos los humanos. Entre ellas se destacan la retinosis pigmentaria, una
enfermedad visual que puede llevar a la ceguera de no tratarse correctamente.
También pueden padecer del Virus de Inmunodeficiencia Felina, que es similar al
VIH, así como su propia versión del Alzheimer, además de la obesidad.
El ronroneo
no indica siempre felicidad
Existe la creencia de que cuando un gato ronronea
es porque está feliz, y esto es cierto en muchas ocasiones. Sin embargo, los
gatos también emiten este sonido en momentos dolorosos o estresantes como
pueden ser durante el parto, cuando están enfermos, cuando se hieren, entre
otras situaciones no precisamente positivas para ellos. Algunos científicos han
planteado que el ronroneo puede ser además de un mecanismo de comunicación, una
fuente de auto-sanación.
Son
animales de costumbres fijas
Los gatos, a pesar de que son
en ocasiones muy atrevidos, son animales bastante protocolares y tienen una
rutina que no gustan de alterar nunca. De hecho, un gato totalmente saludable
puede presentar síntomas de estar enfermo si por alguna razón se ve obligado a
cambiar su rutina diaria. Entre estas pueden estar, por ejemplo, los vómitos,
la disminución del apetito o hacer sus necesidades fuera de su caja de arena.
Los machos
tienen púas en su pene
Los gatos machos poseen unas
120 estructuras semejantes a púas en su pene que apuntan hacia atrás. Según los
científicos, estas púas podrían tener varias funciones, entre ellas estimular
la ovulación de la hembra, proporcionar estimulación al propio macho, o
mantener el pene en su sitio durante el apareamiento. Ah, otro dato curioso: si
se castra al gato cuando es muy joven, estas púas nunca se desarrollarán.
Pasan la
mitad de su vida limpiándose
Si de algo no se puede acusar
al gato es de ser un animal poco aseado. Se ha determinado que estos felinos
pasan entre el 30 y el 50 por ciento de sus días limpiando su cuerpo. Esta
limpieza no solo tiene un fin meramente higiénico, también estimula su
circulación, los refresca y los mantiene libre de olores que puedan atraer a
posibles depredadores.
A veces
beben agua con sus patas
Quizás no lo hayas advertido
nunca, pero en ocasiones, los gatos en vez de tomar el agua directamente de su
tazón, prefieren mojar sus patas y lamer el líquido de ellas. Esta extraña
conducta puede deberse a que determinados recipientes son incómodos porque, al
intentar beber, rozan en ellos sus largos bigotes, que son estructuras muy
sensibles. Este cambio de presión puede llegar a estresarlos, por lo que optan
por este curioso plan B para beber. Suelen recurrir también al mismo cuando el
nivel de agua es muy bajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario